Declaracion de la selva lacandona*

junio 21, 2006

A los pueblos y gobiernos del mundo:

Hermanos: No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.

Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada.

Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos.

Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos.

Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.

Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.

Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.

Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergenzas.

Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.

Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos.

Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas.

Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.

Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido.Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.

Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.

Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias.

Nuestra sangre y la palabra nuestra encendieron un fuego pequeñito en la montaña y lo caminamos rumbo a la casa del poder y del dinero.

Hermanos y hermanas de otras razas y otras lenguas, de otro color y mismo corazón, protegieron nuestra luz y en ella bebieron sus respectivos fuegos.Vino el poderoso a apagarnos con su fuerte soplido, pero nuestra luz se creció en otras luces. Sueña el rico con apagar la luz primera. Es inútil, hay ya muchas luces y todas son primeras.Quiere el soberbio apagar una rebeldía que su ignorancia ubica en el amanecer de 1994.

Pero la rebeldía que hoy tiene rostro moreno y lengua verdadera, no se nació ahora. Antes habló con otras lenguas y en otras tierras. En muchas montañas y muchas historias ha caminado la rebeldía contra la injusticia. Ha hablado ya en lengua náhuatl, paipai, kiliwa, cúcapa, cochimi, kumiai, yuma, seri, chontal, chinanteco, pame, chichimeca, otomí, mazahua, matlazinca, ocuilteco, zapoteco, solteco, chatino, papabuco, mixteco, cuicateco, triqui, amuzgo, mazateco, chocho, izcateco, huave, tlapaneco, totonaca, tepehua, popoluca, mixe, zoque, huasteco, lacandón, maya, chol, tzeltal, tzotzil, tojolabal, mame, teco, ixil, aguacateco, motocintleco, chicomucelteco, kanjobal, jacalteco, quiché, cakchiquel, ketchi, pima, tepehuán, tarahumara, mayo, yaqui, cahíta, ópata, cora, huichol, purépecha y kikapú. Habló y habla la castilla.

La rebeldía no es cosa de lengua, es cosa de dignidad y de ser humanos.

Por trabajar nos matan, por vivir nos matan. No hay lugar para nosotros en el mundo del poder. Por luchar nos matarán, pero así nos haremos un mundo donde nos quepamos todos y todos nos vivamos sin muerte en la palabra.

Nos quieren quitar la tierra para que ya no tenga suelo nuestro paso. Nos quieren quitar la historia para que en el olvido se muera nuestra palabra. No nos quieren indios. Muertos nos quieren.Para el poderoso nuestro silencio fue su deseo. Callando nos moríamos, sin palabra no existíamos.

Luchamos para hablar contra el olvido, contra la muerte, por la memoria y por la vida. Luchamos por el miedo a morir la muerte del olvido.Hablando en su corazón indio, la Patria sigue digna y con memoria.

Hermanos: Muchas palabras se caminan en el mundo. Muchos mundos se hacen. Muchos mundos nos hacen. Hay palabras y mundos que son mentiras e injusticias. Hay palabras y mundos que son verdades y verdaderos.

Nosotros hacemos mundos verdaderos. Nosotros somos hechos por palabras verdaderas.En el mundo del poderoso no caben más que los grandes y sus servidores. En el mundo que queremos nosotros caben todos.El mundo que queremos es uno donde quepan muchos mundos. La Patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos y sus lenguas, que todos los pasos la caminen, que todos la rían, que la amanezcan todos.

Hablamos la unidad incluso cuando callamos. Bajito y lloviendo nos hablamos las palabras que encuentran la unidad que nos abraza en la historia y para desechar el olvido que nos enfrenta y destruye.Nuestra palabra, nuestro canto y nuestro grito, es para que ya no mueran más los muertos. Para que vivan luchamos, para que vivan cantamos.Vive la palabra. Vive el Ya basta! Vive la noche que se hace mañana. Vive nuestro digno caminar junto a los todos que lloran. Para destruir el reloj de muerte del poderoso luchamos. Para un nuevo tiempo de vida luchamos.

La flor de la palabra no muere, aunque en silencio caminen nuestros pasos. En silencio se siembra la palabra. Para que florezca a gritos se calla. La palabra se hace soldado para no morirse en el olvido. Para vivir se muere la palabra, sembrada para siempre en el vientre del mundo. Naciendo y viviendo nos morimos. Siempre viviremos. Al olvido sólo regresarán quienes rinden su historia.

*Sub Comandante Marcos; tomado de: http://es.wikisource.org/wiki/Cuarta_Declaraci%C3%B3n_de_la_Selva_Lacandona


Pensamiento: acerca del proposito

junio 14, 2006

Lo hemos pensado, y en verdad nos sentimos un poco apenados. En realidad han sido dias dificiles, para los pensamientos;un poco menos dificiles para las habladurias (estas ultimas a veces son mas libres)… pero creo que con su libertad, han opacado un poco a los primeros (que segun la teoria van de la mano: Siempre)…

Asi que retornamos, los pensamientos me llevan al origen, al proposito de todo. Leo la invitacion y entonces me doy cuenta, que no importa… que en realidad no hemos hecho nada mal, que en realidad no nos hemos perdido: sencillamente nos hemos desviado un poco.

Entonces, nos proponemos un proposito (valga la redundancia, que nunca sobra): tenemos el proposito de volver al proposito (ya dije que valian las redundancias. Solo esperamos seguir estando ahi, para ustedes y para nosotros. Para seguir teniendo, mas y mas pensadurias y hablamientos


Ya sabemos…

junio 10, 2006

Despues de una ardua navegacion por la internet… por el mundo de la blogosfera…

hemos descubierto que: a la gente le gusta leer cosas, cuando nadie las esta publicando para que ellos las lean. Entre mas intimo sea el tema escrito en el diario virtual, mas gente se acerca (cada dia mas) a leer, comentar y criticar.

Por eso hemos decidido… seguir firmes en la idea. Seguir escribiendo, cuando podemos y cuando no, para ustedes; y que cuando lo lean, sepan que esta escrito para ustedes… y quizas (correremos el riesgo) nunca recibamos, comentarios, criticas, ni escritos.


Que hago???

junio 5, 2006

He llegado a descubrir que de los 953 hits que marca la pagina, de ivitados, a este web… 800algo son entradas mias desde computadores diferentes.. y el resto lo hacen … no se por lastima y diria que dos por interes, de mirar a ver que pensar.. que hablar.. que decir.. .. (aunque, aqui no dicen nada.. tal como en Colombia no pasa nada)…

entonces me pregunto: que hago???

y me doy cuenta de que en realidad no lo se… solo sigo la idea principal: escribir, leer, pensar, reflexionar, cambiar, actuar, escribir…. (alguno algun dia sabra que quiero decir) y lo hago.. por mi y por esos dos mas que leen con interes.. y por aquel que lee por desinteres y desestress. Por los que entran a buscar nada y salen con el alma mas vacia que antes y por los que entran a buscar mucho y salen con el alma llena de cosas (y las posibles conjugaciones de estas, dos, frases anteriores)

y la verdad es que lo seguire haciendo… vamos siempre para adelante…

(pero en verdad, porque nadie dice nada???.. es que acaso pensar es muy aburrido, inutil, o dificil????…. y escribir???)


Desencuentro #3 (Instrucciones para un tedio bogotano)*

junio 3, 2006

Eran las cuatro de la mañana. En el piso habia botellas vacías, ceniceros sucios, un par de asientos tumbados, confeti, el cuerpo de un amigo dormido. Sobre un plato, en un rincón, un hueso roido. Una pareja encerrada en la penumbra del cuarto del fondo.
De pie solo quedábamos Miguel y yo. Y la media botella de ginebra que él había sacado del cajón, media hora antes, cuando yo ya me iba a dormir. Nos la bebimos despacio, de a poquitos, estabilizados pr fin en una borrachera tranquila. Así, bien borracho pero sin mucha prisa, me solto una historia de domingo. Su propia formula para no hundirse en el tedio.
Cuando acabó, no esperó mis comentarios. Se levantó nada más, se llevó los dos vasos y la botella vacía a la cocina. De vuelta me miró un instante en silencio, como dándome un única oportunidad para unas palabras que yo no supe decirle. Después se despidió sin ceremonias y se fué a dormir en cualquier colchón vacío.
Reproduzco aquí la historia completa, evitando al máximo las correcciones inútiles. El tono, el lenguaje, los tiempos, son de Miguel borracho.

Una tarde larga de Domingo, principios de enero, todo el mundo emigrado por vacaciones.
Tedio largo, aburrición de pozo quieto de Bogotá cuando uno está solo y encerrado y no para de llover. Plata sí que hay pero no la suficiente para largarse de la ciudad; apenas la del sueldito triste de esclavo de oficina pública. Llovizna oscura, casi negra, desde las seis de la mañana. Y nadie en la ciudad. Los amigos visitando familias en pueblos lejanos, los otros tostandose la piel en alguna piscina de club llena de pelotas de colores y de biquinis.
Y aquí llovizna y más llovizna.

Un niño solitario pas en una bicicleta azul bajo la llovizna, sobre el suelo mojado, frente al edificio; de un lado para otro, todo el tiempo. Solo, abandonado en la calle desierta del barrio también vacío.
Nada que hacer con este tiempo largo y mojado de domingo, nada de nada en un apartamentico de soltero de clase media tirando a menos. Sin trabajo pendiente, sin siquiera una buena novela nueva para leer y sin sentirse más inteligente. Sólo queda pues esperar; arreglar el cuarto, cocinarse un desayuno lo más largo posible; chocolate con nata, huevos pericos tibios, roscón viejo. Prender y apagar la televisión. ABURRIRSE.
Ni siquiera una buena novia, ni una malam tampoco, para ir a ver cualquier película estúpida juntos, para comerse cualquier comida gringa entre los dos y cogerse las manos con los dedos cruzados y sentirse así un poco más idiotas pero más felíces también.
Y acabar haciendo el amor en una cama sin cobijas, fumando, creyéndose otras personas por un par de horas.
Nada de eso.
Solo ese tedio de mierda, la ciudad tomada por la lluvia, el dolor de cucarrón subiendo por el pecho que es ver por la ventana el barrio desierto. Y el niñito solitario, insistiendo en montar su bicicleta, no resignándose a meterse en su casa, a conectarse de una puta vez al televisor.

A las cuatro la cosa empieza a ponerse de verdad pesada, con toda la loza sucia y las luces apagadas y al otro lado de los vidrios la misma llovizna. Decidirse entonces a comprar el periódico en la calle. Salir, mojarse, volver al apartamento humillado por el agua, recordanto todavía la cara dedentada del ladrón de la tienda de la esquina y su perpetuo olor de ron y sudor, que por lo visto también decidieron quedarse en la ciudad ese domingo. Y a la vuelta echarse en el sofá y leer.
Alargar hasta lo imposible esa lectura tediosa y cómoda, refugiarse en el paraíso del célebre periódico dominical. En esa grandisima mierda superficial, amarillista, populista, demagoga, reaccionaria, cursi, idiota. Triste, de lo mala, la gran edición dominical. Pero además ese domingo, esa mierda idiota que hay que leer porque no hay nada más, tra por dentro otra masacre. Otra masacre.
En otro pueblo querido. En otro municipio de la vasta geografía nacional, caliente y hermoso, que amanece ese domingo lleno de cadáveres. Pudiendo ser en vez de ese anfiteatro macabro, sólo lo que ha sido durante trescientos años antes de la masacre: una plaza con acacias y con campesinos; señoras cocinando sancocho; bicicletas y risas en la tienda; plaza de mercado.
Pero el pueblo es ahora otra masacre. Que uno tiene que leer echado en el sofá, oyendo la lluvia. Otra masacre que se mete por la boca hasta el pecho, que acaba de descomponer la tarde en el estómago. Y además hay fotos, y hay que mirar las fotos con las que el honorable periódico ha querido ilustrar su edición para que todos tengamos una masacre en el pecho hoy. Y entonces, ya asqueado, hay que pararse de la masacre y entrar en la cocina, llena de loza sucia, trapos malolientes, restos de café de ayer. Y abrir la nevera en la que se tuerce medio tomate seco, un pedazo de cebolla con hongo. En la que brilla, ineludible como un salvavidas que hay que agarrrar bien fuerte, la media botella de vodka helado guardada para alguna visita dominical de tías gordas.
Es necesario tomársela despacio, frente al televisor que se ha vuelto a prender en algún show de mierda; sólo hay que beber y mirar, nada más. Para poder olvidar a los quince hombres del periódico.
Tirados en fila, sucios, sin zapatos.
Trstes como todos los muertos.

Después, más tarde, se acabará también la media de vodka, y no se tolerarán más las imagenes del televisor. Habrá que pararse por fin, a punto ya de destrozar esa caja sorda a patadas. Y entonces sólo quedará el teléfono.
Llamar a un buen amugo; a un hermano del alma, a otro hombre igual a uno que si por algún motivo hubiera llegado ya a Bogotá estaría tan bien como está uno. Pero no ha llegado a Bogotá, y no llegará hasta el martes.
Así, todo así. Hasta que aparecerá de ninguna parte una idea genial.
Para no estar en este país, un rato, en este país enm el que nunca dejará de haber aguaceros, ni masacres, ni tedio de domingo. Para irse de esa calle en la que solo habrá un niño que se empeñará en mojarse debajo de la lluvia, sobre una bicicleta azul. Pero la idea dará miedo.
No se atreverá uno a hacerlo de una vez, solo, aunque todo el mundo lo haga. Habrá que llamar a algún conocido, no tan amigo, alguno que seguro se le mida al plan; que esté acostumbrado a hacerlo y le muestre a uno cómo es la cosa. Pero no habrá nadie en Bogotá. Ya será hora de saberlo, a esas alturas del domingo, mietnras atardezca un cielo que jamas amaneció del todo.
No. Habrá. Nadie.

*Fragmento:
Desencuentro #3 (instrucciones para un tedio bogotano).
De ciertos animales tristes.
Antonio Ungar